¿Qué balance hacés de estos primeros meses de tu segunda gestión al frente de la DAIA?
La situación del país obliga a una institución como la DAIA a estar atenta. El contexto político y social es muy tenso y nos preocupa y nos obliga a redoblar los esfuerzos para llevar adelante nuestra agenda. Fueron meses en los que produjeron hechos graves en los que hemos tenido que tomar decisiones muy sensibles marcando públicamente posiciones muy firmes y, en algunos casos, intervenir judicialmente. Primero fue la decisión de presentarnos como querellante en la causa del avión iraní-venezolano. Quedó claro que fue una decisión clave porque sin ella no habría causa, y sin causa nunca nos hubiéramos enterado de todas las irregularidades que rodean la llegada de ese avión y sobre todo el rol de la tripulación.
También tuvimos que marcar posición pública con respecto a los mensajes banalizadores que siguen muy presentes en el debate público. No vamos a dejar de señalar lo peligroso que es mezclar lo sucedido durante el nazismo con la política local, situaciones que nada tienen que ver. No nos importa a qué sector político pertenezca quien pronuncie palabras ofensivas, vamos a seguir siendo firmes y condenar cualquier banalización de la Shoá.
¿Cómo repercutió la decisión de la DAIA de no firmar el documento que propuso el gobierno nacional tras el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner?
Lo primero que hay que decir es que la DAIA condenó de manera muy firme el intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación. Lo hicimos junto al Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y el Instituto de Diálogo Interreligioso. Apenas se conoció el hecho estuve en contacto con Monseñor Oscar Ojea y Aníbal Bakir para manifestar, juntos, el repudio por semejante acto de violencia.
Con respecto a nuestra posición sobre el documento que se leyó esa tarde en la Plaza de Mayo, durante el acto para repudiar el intento de asesinato a Cristina Kirchner, creímos que era necesario explicitar que no lo firmábamos porque, al escucharlo, lo consideramos un alegato político partidario ya que el gobierno dejó trascender que todos quienes fuimos convocados a la reunión en la Casa de Gobierno lo habíamos avalado. El mensaje que se leyó en la plaza no había sido consensuado.
¿Cuál es la situación del avión iraní-venezolano?
Por el momento, la Cámara Federal de La Plata confirmó la decisión del juez Villena de prohibir la salida del país de algunos de los tripulantes del avión y levantar dicha prohibición con relación a los demás. También dispuso la Cámara que el juez de instrucción debe resolver la situación procesal de las personas investigadas en el plazo de 10 días, por lo que estimo que próximamente se dictarán resoluciones de trascendencia para la causa. De esta manera, también podría resolverse en los próximos días la situación de avión iraní-venezolano. La DAIA, en su carácter de querellante, evaluará lo que se vaya resolviendo a los fines de analizar posibles apelaciones.
En los últimos meses se ha visto una enorme cantidad de capacitaciones de la DAIA en municipios, escuelas y diversas organizaciones. ¿Cómo se está trabajando en ese tema?
Desde hace años la DAIA ofrece desde su Centro de Estudios Sociales espacios de sensibilización y formación respecto de temáticas ligadas a la misión institucional: identificación de prejuicios y prácticas prejuiciosas, antisemitismo y colectivos vulnerables en el país. Estos encuentros se llevan a cabo en el marco de convenios firmados con distintos distritos, incluyendo también Fuerzas de Seguridad, escuelas, empresas, ONG’s, etc.
Dado que la problemática que trabajamos es transversal a nivel social, y entendemos como crucial a la educación, estas acciones cobran un alto valor en la desnaturalización de la violencia discriminatoria.
¿En qué creés que se mejoró y qué creés que aún debe perfeccionarse sobre tu anterior gestión?
La gestión anterior estuvo marcada por la pandemia. Claramente no pudimos desplegar todo nuestro potencial por las limitaciones que dominaron la vida de todos durante mucho tiempo. Nos tuvimos que ocupar, más que de ninguna otra cosa, de sostener a nuestras instituciones para mantener activa la vida judía en Argentina.