También tuvimos que marcar posición pública con respecto a los mensajes banalizadores que siguen muy presentes en el debate público. No vamos a dejar de señalar lo peligroso que es mezclar lo sucedido durante el nazismo con la política local, situaciones que nada tienen que ver. No nos importa a qué sector político pertenezca quien pronuncie palabras ofensivas, vamos a seguir siendo firmes y condenar cualquier banalización de la Shoá.

 

¿Cómo repercutió la decisión de la DAIA de no firmar el documento que propuso el gobierno nacional tras el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner?

 

Lo primero que hay que decir es que la DAIA condenó de manera muy firme el intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación. Lo hicimos junto al Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y el Instituto de Diálogo Interreligioso. Apenas se conoció el hecho estuve en contacto con Monseñor Oscar Ojea y Aníbal Bakir para manifestar, juntos, el repudio por semejante acto de violencia.

 

Con respecto a nuestra posición sobre el documento que se leyó esa tarde en la Plaza de Mayo, durante el acto para repudiar el intento de asesinato a Cristina Kirchner, creímos que era necesario explicitar que no lo firmábamos porque, al escucharlo, lo consideramos un alegato político partidario ya que el gobierno dejó trascender que todos quienes fuimos convocados a la reunión en la Casa de Gobierno lo habíamos avalado. El mensaje que se leyó en la plaza no había sido consensuado.