Vivimos en un país donde tenemos que trascender al antisemitismo, antisionismo o judeofobia y sentir que algun día esas “generaciones contaminadas” dejarán de estarlo y entenderán que estamos en 2022 (5783), y que no es lo mismo que hace 75 años. Somos el producto de ellos pero somos otros los judíos del mundo e Israel es el país de los judíos. Y lo vamos a defender siempre. Desde el último lugar del planeta en el que vivamos.

 

Es muy gratificante para aquellos que vivimos en la diáspora seguir manteniendo nuestra tradición judía. Aunque no sea fácil. Y la vamos a seguir manteniendo aunque íntimamente sintamos que haya quienes no quieren a los judíos ni a Israel. Y aquellos que usan kipá la seguirán usando en la calle, y aquellos que difundimos en forma masiva qué sucede en la comunidad judía argentina, Israel y el mundo lo seguiremos haciendo.

 

Vivimos en el lugar que elegimos. Ese lugar en el que recibimos un legado que hoy estamos transmitiendo. El lugar por el que cada día seguiremos transmitiendo vida judía. Seguiremos sentándonos junto a la mesa familiar en cada fiesta, seguiremos alentando la educación judía y viviendo el “ser” judío en cada uno de nuestros pasos. 

Porque ese fue el legado y ésta es nuestra oportunidad de transmitirlo.

Shaná Tová Umetuká.