¿Quién no tiembla al escuchar el toque del shofar cuando resuena el soplido del cuerno de carnero elevándose al cielo? Todos sienten que es una plegaria en la que a nuestra manera repetimos como reza el Majzor estremecerse nuestras almas ante la incertidumbre del tiempo, y pedimos ayuda para comprender nuestra pequeñez, nuestro deber de ser más humildes y mejores personas.

 

¡Deseo con estas reflexiones qué la manzana con miel que cada uno ritualmente moje para comer neutralice el sabor amargo de la guerra y el odio, y que la paz no sea solo una palabra!

 

¡Shaná Tová Umetuká!