Por Karma Feinstein Cohen –Fundadora y Directora Ejecutiva de World Herut y World Magshimey Herut
Antes del 7 de octubre, el pueblo judío e Israel creían que estábamos bien protegidos, con la idea de una invasión siendo casi inimaginable. Sin embargo, el ataque repentino y brutal de ese día destrozó esta sensación de seguridad, dejándonos en estado de shock e incredulidad.
La guerra que siguió ha sido una prueba de resistencia, resiliencia y unidad para los judíos en Israel y en todo el mundo.
Vivir en Israel ahora significa enfrentar la dura realidad de una guerra luchada en múltiples frentes y lidiar con un
aumento del antisemitismo global. La vida diaria está marcada por un estado constante de alerta, con familias divididas entre las líneas del frente y aquellos que intentan mantener una apariencia de normalidad bajo la amenaza de la violencia. Sin embargo, en medio del agotamiento, el espíritu del pueblo y del ejército israelí (FDI) permanece intacto.
La comunidad judía global se ha movilizado con una solidaridad sin precedentes, no solo recaudando fondos y reuniendo bienes esenciales para las FDI, evacuados y sobrevivientes, sino también creando conciencia sobre los rehenes y aprovechando los canales políticos para asegurar un apoyo tangible para Israel. El judaísmo mundial está apoyando a Israel emocionalmente, con el corazón de todos los judíos en Israel, unidos en propósito y resolución. Al mismo tiempo, Israel apoya al judaísmo de la diáspora, ofreciendo un apoyo inquebrantable en medio del alarmante aumento del antisemitismo en todo el mundo.
A pesar de los desafíos, hay esperanza. La resiliencia y la unidad de nuestro pueblo son