Un ejercicio histórico simple muestra a judíos saduceos incendiando los depósitos de alimentos de judios fariseos, y viceversa, para condenar a los rivales a “morir antes”, durante los días de la revuelta contra Roma (año 70 d.c.). Durante el último siglo, el establishment sionista entregó a rivales ideologicos del movimiento Betar y del Irgun Tzvai Leumi a manos de los britanicos, ya que no aceptaban el dictamen de la dirigencia (dias de la Season) y, en 1995, un primer ministro electo de Israel, Itzjak Rabin, fue asesinado a manos de un magnicida de extrema derecha que no aceptaba los designios democraticos.

Una de las características de la radicalización es asignarle a otra persona que intuimos como contrario a nuestra postura, todas las cualidades negativas acumuladas que creemos defienden desde su “bloque”. De esta forma, la mesura no es la norma sino la excepción.

En el marco de dicha extremización, algunas autoridades pasadas del Estado de Israel, con sus declaraciones rimbombantemente

irresponsables, han ayudado a caldear el ambiente hasta niveles preocupantes. 

2) Se ha permitido la apertura de las “puertas del infierno”

Felicitados y arropados por diversos medios de comunicación, no se denuncia con furia el hecho de que soldados israelíes condicionen su servicio militar a lo que consideran una amenaza a la democracia por parte del gobierno.

Especial daño han provocado los reservistas de la Fuerza Aérea de Israel. El argumento es que ellos, los pilotos reservistas, se están voluntarizando puesto que su servicio obligatorio ya ha terminado. Los pilotos reservistas se apersonan una vez por semana en las bases para realizar misiones puntuales y así reducir la exigencia sobre los hombros de otros pilotos.

Hace unos años, uno de los principales arquitectos de las protestas, el ex primer ministro Ehud Barak, instó a que las manifestaciones en contra del gobierno sean promovidas desde fuerzas de élite del ejército, que contaban con