esperando que hagan los demás.

¿Esperás que te honren? Empezá vos a honrar a los demás. ¿Estás esperando que una persona te felicite? Andá y felicitalo. ¿Querés que tus hijos te agradezcan? Empezá vos, andá y agradeceles. ¿Querés un cambio en la pareja y estás esperando que el otro cambie? Empezá a cambiar vos. ¿Querés que él o ella tenga la iniciativa para renovar la pareja? Arrancá vos. ¿Estás esperando cada día que tu hijo o tu nieto te llame? Mandale un WhatsApp todos los días. ¿Querés que te sonrían? Empezá a reírte más. Como dice el Rebe de Braslov: “Cuando entrás a un lugar con una sonrisa, cambiás el mundo”. Cambiás la energía de cualquier encuentro, y todos sonríen.

No se trata de esperar a que el otro haga algo que quizá no va a hacer, que no se le ocurre o que no le sale, deprimido en el enojo y el fastidio porque no lo hace.  Tal como dicen que dijo Ghandi: “Sé vos el cambio que buscás en el mundo”.

Amigos queridos, amigos todos:

Nos dicen los sabios que en

estos días se abre el Libro de la Vida. El Libro en el que están registradas todas nuestras buenas acciones y todas nuestras malas acciones.

Ese Libro no es ficción. Existe en verdad. Existe en nuestra mente. Todo queda registrado. Las cosas buenas que hicimos quedan registradas, y cuando las recordamos, nos volvemos a emocionar. De pronto, nos vemos sonriendo solos en el auto, y nos sorprende un cosquilleo interno. Porque todo queda grabado en uno. Pero las cosas malas también quedan grabadas, y al recordarlas, nos invade un dolor en el pecho y volvemos a sentir el mismo escalofrío que tuvimos la primera vez. Nos sentimos mal, nos sentimos odiosos con nosotros mismos. Incluso aquello que hicimos creyendo que nadie miraba, también queda registrado. Porque todo se ve, todo queda guardado en el Libro.

Somos nuestros recuerdos, lo que recordamos de los nuestros, lo que recordamos de nuestras acciones, y lo que van a recordar de nosotros después de nosotros.