trabajando en aspectos prioritarios como son el garantizar la continuidad a través del fortalecimiento de la educación judía; el generar nuevas oportunidades en el ámbito de la capacitación, la inclusión laboral y el acceso a los derechos sociales básicos, entre muchos otros.
En tiempos complejos como los que estamos atravesando, nuestro compromiso se renueva día tras día y, ante la llegada de un nuevo año, el sentido de responsabilidad se acrecienta.
Que este Rosh Hashaná sea un recordatorio de nuestra capacidad de seguir brindando respuestas y soluciones, y marcando el camino a las nuevas generaciones.
Es mi deseo que, así como el Shofar resonará en cada sinagoga, también resuene en nuestro interior como un llamado a la transformación y a abandonar la inacción y acostumbramiento con lo dado. Tenemos en nuestro poder la posibilidad de renacer, cambiar y mejorarnos a nosotros en el ambiente que nos rodea, haciendo honor a nuestros valores milenarios.
Que este año nuevo nos traiga desarrollo espiritual personal, paz, unión, salud y prosperidad para toda la comunidad judía de Argentina y para el mundo entero.
¡Shaná Tová Umetuká!