Celebrar cada celebración

(Por Gustavo Szpigiel – Director de Vis a Vis)

Al finalizar la columna que escribí hace dos años (5782) en esta misma revista, hablé de honrar la elección de vida, del ser judío: “Nosotros tenemos que honrar esta maravillosa oportunidad que nos da la vida de poder elegir quiénes somos, hacia dónde vamos y cómo lo transmitimos”.

De eso hablé en la del año pasado (5783) y en en el último párrafo expresé:Vivimos en el lugar que elegimos. Ese lugar en el que recibimos un legado que hoy estamos transmitiendo. El lugar por el que cada día seguiremos transmitiendo vida judía. Seguiremos sentándonos junto a la mesa familiar en cada fiesta, seguiremos alentando la educación judía y viviendo el ‘ser’ judío en cada uno de nuestros pasos. Porque ese fue

el legado y ésta es nuestra oportunidad de transmitirlo”.

Releyéndolo me doy cuenta que esto es lo que nos define: honramos nuestra elección de vida, elegimos dónde y cómo vivirla y transmitimos nuestro legado a las generaciones que nos sucedan.

Cuando reviso mi historia muchas veces pienso: si mis abuelos que vinieron de Polonia y Rusia hubieran bajado del barco en otros destinos, ¿habría nacido? En el enorme terreno de las hipótesis supongo que sí, ya que mis padres se hubieran encontrado en otro país y sus hijos serían los mismos que nacieron en Argentina. Pero con otra “cultura”, otras costumbres y otras enseñanzas que tendrían que ver exclusivamente con ese país. Pero hay algo que sería exactamente igual: el Ser Judío. 

Y no tiene que ver solo con la religión; tiene que ver con la tradición, con el legado, con Pesaj, Rosh Hashaná, Iom Kipur, Jánuca y cada una de las celebraciones en las que los judíos de todo el mundo compartimos el mismo día, aunque en Israel sean las 19 y en Argentina las 13, y en Australia la mañana siguiente.

Desde hace muchos años compartimos todas las fiestas con mi hermano y su familia. Pasamos a ser los más grandes de la cabecera de mesa casi sin darnos cuenta. Era “ayer” cuando nos tenían que llamar a comer mientras jugábamos en la vereda de la puerta de casa porque el Zeide, que ya había vuelto del Templo, comenzaba con las ceremonias de Pesaj, el brindis de Rosh Hashaná o terminar el ayuno con un té y la torta de queso en Iom Kipur.

Casi sin darme cuenta se acabaron los guefilte fish de mi mamá, que por suerte le pasó la receta a mi esposa y ese mismo aroma también lo siento en los pasillos del edificio cuando estoy llegando y la memoria emocional se traduce en alguna lágrima que aparece.

Hoy somos nosotros los que tenemos la oportunidad de transmitirlo y, de ser cuatro con

mi esposa y mi cuñada, “de repente” pasamos a ser 15. Y entre esos 15 están mis dos nietos. Y mañana seguramente seremos muchos más y la mesa se seguirá agrandando.

Hoy quiero celebrar cada celebración en familia. Quiero honrar este 5784 homenajeando a todos aquellos que estuvieron en la cabecera que hoy ocupamos nosotros. Sin dudas, ellos hicieron bien su trabajo, ojalá nuestros hijos y nuestros nietos puedan decir lo mismo.

Quiero finalizar agradeciendo a la enorme cantidad de empresas, instituciones, organizaciones y columnistas que siguen acompañando a Vis a Vis, no solo durante todo el año sino también en esta edición anual por Iamim Noraim

¡Shaná Tová Umetuká!

Eyal Sela

Embajador de Israel en Argentina.

¡Seguinos en nuestras redes!

 

Ministro Francisco Tropepi

Encargado de Negocios de la Embajada de Argentina en Israel.

Rosh Hashaná:
El llamado a la acción y a la transformación

(Por Amos Linetzky – Presidente de AMIA)

Estamos cerca de transitar los días de Iamim Noraim. Son días sagrados que nos invitan a reflexionar y a realizar, desde una mirada introspectiva y espiritual, un balance de nuestras acciones para recibir y abrazar un nuevo año sobre la base de los aprendizajes y las experiencias que hemos protagonizado.

Rosh Hashaná marca el inicio de un nuevo ciclo, una oportunidad que no podemos desaprovechar para aspirar a ser mejores, tratando de alimentar y fomentar nuestro potencial espiritual y posibilidad de acercarnos a D´s.

Recordando la historia de nuestro pueblo, la fortaleza y la resiliencia son dos valores que

siempre nos han permitido superar adversidades y seguir adelante. Estos pilares nos brindan esperanza y nos marcan el camino para seguir adelante. Como comunidad, tenemos un propósito común que se resume en el sagrado concepto de Tikun Olam, el cual implica la responsabilidad que todos tenemos de contribuir a mejorar y reparar el mundo a través de acciones concretas. 

Desde AMIA, cada día trabajamos para crear un impacto positivo en las personas a quienes destinamos nuestra labor. Garantizar, promover y restaurar derechos sociales, especialmente en los segmentos más vulnerables de la población son los ejes centrales de nuestro trabajo. 

A lo largo de 129 años de vida, AMIA ha demostrado su capacidad de respuesta y su sentido de comunidad ante cada necesidad que se ha presentado. Nos esforzamos constantemente porque todo miembro de nuestra comunidad sienta a AMIA como su casa.

Desde esta vasta trayectoria ponemos en marcha nuevos proyectos y seguimos

trabajando en aspectos prioritarios como son el garantizar la continuidad a través del fortalecimiento de la educación judía; el generar nuevas oportunidades en el ámbito de la capacitación, la inclusión laboral y el acceso a los derechos sociales básicos, entre muchos otros.

En tiempos complejos como los que estamos atravesando, nuestro compromiso se renueva día tras día y, ante la llegada de un nuevo año, el sentido de responsabilidad se acrecienta.

Que este Rosh Hashaná sea un recordatorio de nuestra capacidad de seguir brindando respuestas y soluciones, y marcando el camino a las nuevas generaciones.

Es mi deseo que, así como el Shofar resonará en cada sinagoga, también resuene en nuestro interior como un llamado a la transformación y a abandonar la inacción y acostumbramiento con lo dado. Tenemos en nuestro poder la posibilidad de renacer, cambiar y mejorarnos a nosotros en el ambiente que nos rodea, haciendo honor a nuestros valores milenarios. 

Que este año nuevo nos traiga desarrollo espiritual personal, paz, unión, salud y prosperidad para toda la comunidad judía de Argentina y para el mundo entero. 

¡Shaná Tová Umetuká!

Iamim Noraim: la oportunidad de revisarnos

(Por Dr. Jorge Knoblovits – Presidente de la DAIA)

Los Iamim Noraim, “Días Terribles” en castellano, corresponden a un momento muy especial del calendario hebreo, cuyas vivencias invitan a una introspección de carácter espiritual.

Esta etapa no corresponde, como ocurre por ejemplo con Pésaj o Pascuas Judías, en que se revive un relato bíblico. En este caso, es la oportunidad de revisar nuestro pasado inmediato, el presente, y, en base a ello, la decisión de qué dimensión queremos otorgarle a nuestro futuro.

Los Iamim Noraim son un proceso, no se agotan en una jornada. Admiten el paso a paso, el volver a recorrer caminos y reflexiones, pulir el balance y

vislumbrar renovados pactos con uno mismo y con el entorno.

Empiezan con Rosh Hashaná, Año Nuevo, y finalizan con Iom Kipur, Día del Perdón.

El encuentro y la celebración trascienden el aspecto individual de esta experiencia que se repite año tras año. Tiene un fuerte impacto en lo colectivo y en lo comunitario. En ese sentido, desde la DAIA, deseamos transmitir la importancia del consenso y del respeto a la heterogeneidad de miradas en un ejercicio pleno de los valores democráticos. Asimismo, la convicción de que la violencia discriminatoria y los discursos de odio pueden prevenirse con empatía, educación y la desnaturalización de prácticas abusivas.

El pueblo judío conoce las desgarradoras consecuencias de la indiferencia y la descalificación. El antisemitismo sigue presente en nuestra sociedad, retomando viejos y nuevos mitos plenos de prejuicios.

Iamim Noraim, también una ocasión para reafirmar el imperativo moral de trabajar intensamente y, más que nunca, para defender a cualquier colectivo que se sienta discriminado.

Que sea, en definitiva, una oportunidad de creatividad e innovación, de superación y de visualización de próximas acciones de bienestar general, cumpliendo con la esencia del Tikun Olam: la intención de corregir al mundo.

Saludo de Pilar Rahola

Periodista y escritora española.

Centro para la Juventud les desea Shaná Tová Umetuká

¡Fiestas!

(Por Sebastián Wainraich – Actor y comediante)

Entro a un templo y no me pasa demasiada cosa. No uso kipá. No como kosher. Me puse los tefilín por última vez en mi Bar Mitzvá. El viernes a la noche no apago las luces. En Pésaj como pan. La última vez que ayuné en Iom Kipur fue para que Atlanta no descendiera a la C. Funcionó. Tal vez debería pensar en ayunar todos los años. 

Pero entro a una fiesta y suena “Oi oi oi oi, Mazal Tov” y una emoción me atraviesa el cuerpo y el corazón. Un sentimiento de pertenencia me abraza y me contiene. Me explica quién soy y me dice que tengo un hogar que es un refugio y un alivio. “Mashiaj Mashiaj Mashiaj, oi oi oi oi”. Bueno, cuando bailo esa canción siento que estaría dispuesto a circuncidarme otra vez.

Me gusta hablar de judaísmo. Del judaísmo social y emocional. Me gusta hablar de rusos y turcos. De lo que nos diferencia. De los barrios en los que vivimos. Adónde hay más, adónde hay menos. Leo literatura judía, me río y me emociono con comedia judía. Me gusta estar en conflicto permanente con el judaísmo. El año pasado estudié un poquito de Torá.

Hablo con judíos y les pregunto qué tipo de judíos son, cómo viven ese judaísmo, si conocen Israel, de dónde vinieron sus abuelos, en qué ciudad o barrio viven, de qué equipo son (no entiendo que no sean ya saben de quién), a qué club fueron, a qué colegio, a quién votaron.

Ahora viene Rosh Hashaná. No voy a rezar, no voy a ir al templo. Pero habrá mesa familiar. Y vamos a charlar y a gritar, a reír y a lamentar. Vamos a hablar todos a la vez. Vamos a comer. Vamos a brindar. Vamos a estar juntos. Y habrá algo en el aire, algo que no se puede tocar ni se puede ver, algo en el aire que dice que esa es una mesa judía. 

Si vos también lo sentís, seguro sos judío como yo.

Oy vey…¡tu hijo o hija es homosexual!

(Por Gustavo Michanie – Vicepresidente del Congreso Mundial de Judíos LGBT)

Siempre que llega esta época del año pensamos en los encuentros familiares junto a aquellas personas que solo nos juntamos dos veces al año. Así vemos crecer a los chicos, en muchos casos nos empezamos a enterar que el hijo de, o la hija, o aquel sobrino o prima es LGBTQ+. Y entonces pensamos cómo reaccionar. 

Siempre surge el efecto sorpresa, el pensamiento que  “de chico ya parecía mariconcito” o “ella siempre jugaba con los chicos”. Pero hoy en día, en esta época, ese tipo de pensamiento y/o reacciones no son incluidas en la sociedad que vivimos.

Hemos crecido mucho y con ello se ha hecho más visible la diversidad sexual cuando hablamos de personas LGBTQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Queer, etc). 

Pero aún con los avances y los derechos obtenidos, al momento de que una persona se entera que su hijo o hija sale del closet, surgen algunas dudas. Por ello sugiero algunas cosas para tener en cuenta.

Acompañalo y mostrale todo tu apoyo

A pesar de que hoy en día la homosexualidad es un hecho cada vez más aceptado socialmente, para muchas personas representa un problema de aceptación y convivencia social.

Especialmente para los adolescentes, a quienes puede costarles aceptarlo y, sobre todo, afrontar la reacción de su familia.

Muchas personas empiezan a darse cuenta de su orientación sexual y/o identidad de género durante la adolescencia o incluso un poco antes. A pesar de que la sociedad es cada vez más consciente frente a las personas LGBTQ+, y su aceptación social aumenta, aún hoy en día muchos viven su condición ocultos y como un problema que les cuesta asumir y enfrentar.

En el caso de los adolescentes LGBTQ+ (o preadolescentes), generalmente pasan por un largo proceso de aceptarse a sí mismos. Para algunos puede ser largo tiempo, para otros difícil de transitar viviendo con mentiras, otros casos con depresión. Especialmente, porque algunas veces el entorno no les facilita el proceso de aceptación.

Un adolescente LGBTQ+ siente dificultades para explicar a su familia la naturaleza de sus sentimientos, y de hecho, antes de hacerlo, es probable que

trate de engañar a los demás. Por ello, es importante que la familia transmita confianza y sepa comunicar que siempre ofrecerá contención, sea cual sea su orientación sexual.

Cuando llega el momento de conocer la noticia

Por muy preparado que se esté y por muy sensible que sea la familia con esta posibilidad, la noticia inicial siempre provoca una sorpresa y difícil de asumir. Una reacción típica es tratar de reinterpretar lo que han escuchado de sus hijos, también preguntarle varias veces si están seguros de lo que les contaron. Es un hecho que se debe evitar, dado que la realidad no va a cambiar. Los padres deben saber que, en realidad, la homosexualidad es una expresión más de la sexualidad humana, por lo tanto no es un hecho degradante ni se trata de una enfermedad que con terapia se puede sanar.

Los progenitores deben comprender que su hijo o hija no ha elegido ser homosexual. Simplemente es una realidad y debe vivir de acuerdo a la misma, respetándose, tratando de ser feliz y hacer felices a los suyos.

En este punto es importante tener presente que la sexualidad no es modificable, y tratar de hacer cambiar a un hijo/hija en este sentido es un error.

Culpabilidad y miedos

Puede darse el caso de que los padres o madres sientan que son culpables, incluso que traten de responsabilizar a sus parejas por la noticia recibida. Nadie tiene culpa de la elección sexual, no debería existir este sentimiento por lo que se es. 

Otra reacción que puede invadir es el miedo a que sea diferente y al trato que puedan darle los demás. Los siguientes tres consejos pueden ayudar a deshacerte de este sentimiento:

Tratar de aprender y crecer juntos como personas, dejando el miedo a un lado; descubrir de a poco la nueva realidad y conocerla lo mejor posible; comprender e interiorizarse mejor de la realidad de los gays, lesbianas, bisexuales, trans. Esto eliminaría muchas de las preocupaciones que la familia suele sentir.

Orientar tu comprensión hacia tu hijo/hija y pensar al hablar

qué actitudes o palabras pueden herirles.

Evitar sentir frustración por no haber detectado anteriormente. Recordar que es una realidad que no va a cambiar, así que haberlo sabido antes no te habría permitido impedirlo.

Aceptación de la realidad

Los padres/madres deben llegar a esta fase de aceptar la realidad, así la comunicación con su hijo/hija sobre el hecho de su sexualidad les resultará, poco a poco, algo natural y carente de cualquier dramatismo. Una vez más, en esto la comunicación, el diálogo y el acompañamiento se presenta como algo fundamental.

Un hecho importante es reconocer el esfuerzo y, muchas veces, la angustia que habrá tenido que sufrir su hijo/hija para aceptarse tal como es, y que la familia pueda ser abierta a nuevas situaciones familiares es algo que puede ayudarles mucho, así como pedirle disculpas si en algún momento no se le ha prestado toda la comprensión que se le podía dar.

Un punto destacable es no volver atrás, a otros puntos del proceso. Volver a intentar negar la realidad, volver a examinar las posibles causas de la homosexualidad o sentir culpabilidad de nuevo son cosas que pueden hacer que el adolescente no se sienta aceptado nunca. Otra actitud a evitar es la resignación de carácter fatalista (“mi hijo es así, no ha podido evitarlo, qué se le va a hacer”). 

Recordá que una tendencia sexual no es ni una suerte ni una desgracia, simplemente es un hecho con el cual convivir.

Que en este nuevo año sigamos creciendo como comunidad, como personas responsables, que las familias estén abiertas al diálogo, que estemos atentos a poder ser aliados de las personas LGBTQ+, esto es lograr la verdadera inclusión comunitaria y social.

¡Gmar Jatima Tova!

Algunas Definiciones:

Homosexualidad: Cuando la orientación del deseo se presenta preferentemente hacia personas del mismo sexo. Hombres que desean a

hombres o mujeres que desean a mujeres.

Heterosexualidad: Cuando la orientación del deseo se presenta preferentemente hacia personas de distinto sexo al propio. Así, hombres que desean a mujeres o mujeres que desean a hombres.

Bisexualidad: En estos casos la orientación del deseo se presentaría de forma indistinta hacia personas del mismo sexo o del contrario. Hombres que desean a hombres y mujeres o mujeres que desean a hombres y mujeres.

Transexual: Es aquella persona en la que su identidad sexual, como hombre o como mujer, no coincide con el que le marcan sus genitales ni otras estructuras sexuantes, ni con la identidad que las demás personas le suponen. Generalmente procura operarse o ponerse en tratamiento para evitar esa disonancia.

Gay: Hombre homosexual.

Lesbiana: Mujer homosexual.

Género: Son todas aquellas cosas (conductas, ropas, gestos, juegos) que socialmente se han

considerado propias de uno de los dos sexos. Por tanto, habría dos géneros, el masculino con todo lo que se ha considerado propio de hombres, y el género femenino con todo lo que se ha considerado propio de mujeres. El género es un constructo social y por tanto varía según culturas y etapas. También es nuestra tarea, por tanto, que no confundan “ser hombre” con “ser masculino” o “ser mujer” con “ser femenina”.

Homofobia: Es el término que se ha destinado para describir el

rechazo, miedo, repudio, prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres que se reconocen a sí mismos como homosexuales.

Heterosexismo: Demostrado por la suposición de que todo el mundo es heterosexual. La opresión sistemática de las personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero que está directamente vinculada con el sexismo.

El cambio en nosotros

(Por el Rabino Alejandro Avruj – Rab de la Com. Amijai y Vpdte. de la Asamblea Rabínica Latinoamericana del Movimiento Masorti)

Dijo Winston Churchill: “Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y que tampoco quiere cambiar de tema”. 

Fanáticos y admiradores de nuestro propio ego, poseedores sistemáticos de la razón, nos cuesta cambiar de opinión, y más aún, de tema. Pero lo que más cuesta cambiar, sin dudas, es cambiar.

En cada Rosh Hashaná, en cada renovación de ciclo del tiempo, solemos pedir por un año distinto. Pedimos que cambie la suerte, o la vida. Esperamos cambios, pero más que nada en el afuera: en la política, en la economía, en actitudes de amigos, en respuestas de los hijos o en iniciativas de los

amores. Sin embargo, para que el mundo comience un nuevo viaje alrededor del sol, la renovación y el cambio exige un pacto. Un pacto honesto y transparente con nuestra alma.

En el final de su vida, Moisés propone un último pacto. La Torá hasta ese momento nos había traído tres diferentes pactos. El primero es el de Dios con Noé una vez pasado el diluvio. En Noé, como representante de toda la humanidad, se celebra el pacto de respeto a la vida entre los seres humanos. El segundo pacto es con el patriarca Abraham, el pacto de la fe. Nace la revolución monoteísta, que 4000 años después de Abraham ha alcanzado a la mayor parte de la humanidad en una diversa gama de formas de conectarse con el Misterio.  El tercer pacto es en el Sinaí con Moisés. En la entrega de la Torá, Dios propone la construcción de un modelo de sociedad basado en la ética y en un código de valores morales y espirituales. El punto en común en los tres relatos es que es siempre Dios el que propone el pacto. Noé no buscó comenzar un mundo nuevo. Abraham no pidió ser  elegido. Y los israelitas tampoco se habían

propuesto salir de Egipto, ni mucho menos recibir la Ley.

El pacto que leemos en estos días de cierre del año y que aparece sobre el final del texto de la Torá es completamente distinto. En un formato que destaca por lo inclusivo, Moisés invoca en el texto a hombres y mujeres, ancianos y niños, desde los príncipes hasta el aguatero y el leñador. “Todos estamos presentes”: los que están y los que no están. Es un pacto transgeneracional, sin diferencias por clases sociales, ni género, ni etaria.

Y la diferencia con los pactos anteriores es que no es Dios el que propone el pacto. Desde ahora, la iniciativa del devenir de la historia deja de estar en los cielos, para pasar a nuestras manos. El pacto debe darse en y desde nosotros. Es el fin de la niñez espiritual, y el paso a la madurez. Es el fin de una relación casi aniñada con Dios, con la vida o con el Universo.

En muchas ocasiones, nuestros rezos suelen repartirse entre pedidos y agradecimientos. Pedimos que Dios, el mundo o la vida resuelva, cambie, mejore,

o traiga lo que necesitamos. Pedimos por la paz, por los amigos, por el trabajo, por la familia. Luego, si esos pedidos llegan, agradecemos. Pero si no llegan, comienza la desconfianza, la duda y la pérdida de la fe.  

La fe no es esperar a que Dios aparezca y cambie las cosas. La fe real radica en aprender que es Dios el que está esperando que nosotros las cambiemos.

El nuevo pacto exige madurez espiritual. Un pacto con nuestra alma, que nos haga dejar de esperar que las soluciones lleguen desde afuera. En este último pacto se nos transfiere el compromiso. A partir de ahora la iniciativa es humana y somos nosotros los que tenemos que liderar cualquier cambio. Ya no se trata de quedarnos esperando a que Dios haga lo que necesitamos, sino comprender que es Dios el que está esperando por nosotros.

Esa misma idea de traspaso de iniciativa es la que logrará que el año cambie, si la aplicamos en nuestras relaciones cotidianas. Implica empezar a hacer nosotros aquello que estamos

esperando que hagan los demás.

¿Esperás que te honren? Empezá vos a honrar a los demás. ¿Estás esperando que una persona te felicite? Andá y felicitalo. ¿Querés que tus hijos te agradezcan? Empezá vos, andá y agradeceles. ¿Querés un cambio en la pareja y estás esperando que el otro cambie? Empezá a cambiar vos. ¿Querés que él o ella tenga la iniciativa para renovar la pareja? Arrancá vos. ¿Estás esperando cada día que tu hijo o tu nieto te llame? Mandale un WhatsApp todos los días. ¿Querés que te sonrían? Empezá a reírte más. Como dice el Rebe de Braslov: “Cuando entrás a un lugar con una sonrisa, cambiás el mundo”. Cambiás la energía de cualquier encuentro, y todos sonríen.

No se trata de esperar a que el otro haga algo que quizá no va a hacer, que no se le ocurre o que no le sale, deprimido en el enojo y el fastidio porque no lo hace.  Tal como dicen que dijo Ghandi: “Sé vos el cambio que buscás en el mundo”.

Amigos queridos, amigos todos:

Nos dicen los sabios que en

estos días se abre el Libro de la Vida. El Libro en el que están registradas todas nuestras buenas acciones y todas nuestras malas acciones.

Ese Libro no es ficción. Existe en verdad. Existe en nuestra mente. Todo queda registrado. Las cosas buenas que hicimos quedan registradas, y cuando las recordamos, nos volvemos a emocionar. De pronto, nos vemos sonriendo solos en el auto, y nos sorprende un cosquilleo interno. Porque todo queda grabado en uno. Pero las cosas malas también quedan grabadas, y al recordarlas, nos invade un dolor en el pecho y volvemos a sentir el mismo escalofrío que tuvimos la primera vez. Nos sentimos mal, nos sentimos odiosos con nosotros mismos. Incluso aquello que hicimos creyendo que nadie miraba, también queda registrado. Porque todo se ve, todo queda guardado en el Libro.

Somos nuestros recuerdos, lo que recordamos de los nuestros, lo que recordamos de nuestras acciones, y lo que van a recordar de nosotros después de nosotros.

En palabras de Víktor Frankl: “Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos”.

Es por eso que el cambio este año debe ser un trabajo interno.

Aprender a recordar bien y trabajar para ser recordados. Para eso, debemos tomar la iniciativa. Dejar de esperar que el mundo o el año cambie y sea mejor, y entender que el mundo y el año están esperando por nosotros.

Un nuevo año que nos invita a mirar y a hacer

(Por la Rabina Graciela de Grynberg – Com. Beit Israel)

Rosh Hashaná. Cabeza del año. Comienzo de un nuevo año. En unos días estaremos celebrando Rosh Hashaná, pero, ¿qué celebramos exactamente? Contamos 5784 años desde la creación del mundo y del hombre. Y el primer día de Rosh Hashaná leemos el nacimiento de nuestro segundo patriarca, Itzjak.

Nos preguntamos entonces, si celebramos la creación del mundo, hecho que ocurrió hace 5784, con el nacimiento del primer hombre, de Adam, ¿por qué motivo no leemos el relato de Bereishit, el relato de la creación en este día?

Rosh Hashaná es, según nuestro calendario, el “simbólico aniversario” de la creación. Pero la cuenta no es universal, sino

que es especialmente judía. Leemos el nacimiento de Itzjak, que fue el primer ser humano que nació en el marco de una familia judía.

Abraham, su padre, fue el primer judío, pero él no nació en una familia judía, sino que tuvo que salir de la casa de su padre, siguiendo las palabras de nuestro Creador: “Vete de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré”, dice la Torá, «y allí tendrás que adoptar una nueva forma de vida y allí verás que hay otra manera de ver, sentir, pensar, actuar y de vivir en este mundo.»

Y siguió a esa voz, y siguió ese nuevo camino. Vivió a través de esos nuevos conceptos, los compartió y los entregó como un legado a las próximas generaciones.

Itzjak, su hijo, en cambio, nació dentro de los valores judíos dado por sus padres. No tuvo que irse en busca de una nueva vida, de nuevas ideas.  Tampoco tuvo que esperar como su padre para ser parte del pacto a través del Brit Milá hasta los 99 años.

Él no tuvo que hacer un nuevo camino donde no lo había.

Pudo seguir los pasos de su padre.

Rosh Hashaná es un nuevo comienzo, de nuevas esperanzas, de nuevos sueños concretados, de nuevos caminos, y al leer el nacimiento de Itzjak, celebramos la renovación de ese tiempo, de nuestro tiempo como judíos.

En estos días, hacemos nuestro Jeshvon HaNefesh, nuestro balance del alma, donde evaluamos y miramos nuestro año pasado para ver qué hicimos bien y qué hicimos mal, qué quisiéramos volver a repetir y qué no.

Este tiempo de Iamim Noraim, que va desde Rosh Hashaná hasta Iom Kipur, nos enseña lo difícil que es mirarnos a nosotros mismos a la luz del año que hemos vivido.

No es fácil hacer este trabajo de introspección y reflexión, ya que nos enfrenta con nosotros mismos, con nuestras dificultades, con nuestros desafíos. Pero a su vez es un momento extraordinario para hacer un alto en nuestras vidas, analizar y ser realmente quienes queremos ser, de volver a soñar.

Y para este despertar de nuestras conciencias escuchamos el Shofar, este instrumento que habla sin palabras pero que su sonido nos invita a liberarnos de todo aquello que no nos permite ser verdaderos seres humanos. 
El Shofar no es solo la voz de Dios, sino también la voz del hombre. Una voz que no quiere callar.

Que estos Iamim Noraim podamos escuchar a través del sonido del Shofar todo aquello que tiene para decirnos, todo aquello que necesitamos escuchar y, sobre todo, aquello que debemos realizar para poder hacer de este mundo y de nuestras vidas algo maravilloso.

¡Shana Tova Umetuká!

Mensaje de Gaby Glazman

Representante de la Organización Sionista Mundial – Cono Sur
Representante de La Agencia Judía para Israel – Cono Sur

En estos días de balances, retrospectivas y planificación, extendemos nuestra invitación a sumarse a nuestra tarea cotidiana de acortar distancias y construir puentes para un futuro en comunidad.

Desde la Organización Sionista Mundial y La Agencia Judía para Israel les deseamos un 5784 de mucha salud, encuentros, unión y prosperidad.

Shana Tova u Metuká.

Reflexión por Rosh Hashaná

(Por Demián Stratievsky – Presidente de la Organización Sionista Argentina)

Rosh Hashaná nos propone reflexionar sobre nuestras acciones y pensamientos. Poner en la balanza del debe y el haber todo un año de decisiones, de aciertos y desaciertos, proyectos y hechos consumados.

El mes de Elul es, tanto para los que están en Israel como para los que estamos en la diáspora, un momento bisagra que nos permite sumergirnos en un profundo proceso de introspección, evaluar dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir. Nos invita, a su vez, a marcar el camino con nuevas metas y objetivos a alcanzar, aprendiendo de los errores y los obstáculos que logramos sortear (o no) a lo largo del año.

Así, Rosh Hashaná es un recordatorio de que cada uno de nosotros es capaz de cambiar, crecer y mejorar.

Al igual que el sonido del Shofar, que despierta nuestros corazones y mentes, este período nos llama a despertar nuestras almas y a cuestionarnos cómo podemos contribuir de manera significativa al mundo que nos rodea.

Así como las manzanas y la miel se combinan para simbolizar un año dulce y fructífero, nosotros también debemos unir nuestras fuerzas para construir un futuro más próspero y armonioso para todos.

Con la salida de la primera estrella, sentados alrededor de una hermosa mesa y rodeados de nuestras personas más cercanas, brindaremos deseándonos “Shaná Tová Umetuká” y nos embarcaremos en un nuevo ciclo lleno de promesas y oportunidades.

Es mi anhelo que, a medida que avanzamos en este nuevo año, trabajemos juntos para construir puentes de comprensión y empatía, derribando barreras y promoviendo la justicia y la

equidad, así como la unión de todo Am Israel.  

Que este año nos inspire a crecer como individuos y como comunidad, y que nuestras acciones colectivas nos acerquen cada vez más a un mundo de paz, tolerancia y prosperidad.

¡Shaná Tová Umetuká!

(Por Esteban Bluvol – Presidente de FACCMA)

Luego de un año de muchísima actividad y trabajo, en un contexto complejo en nuestra sociedad, aprovechemos estos días para reflexionar, ver errores y aciertos para corregir los primeros, para potenciar los segundos y seguir incansablemente buscando el futuro conjunto en comunidad.

Les desea Shaná Tová Umetuká 5784

Concentrarnos en lo importante

(Por Jonathan Lemcovich – Presidente de Hebraica)

Como presidente de la Sociedad Hebraica Argentina me ha tocado transitar diferentes momentos y situaciones a nivel nacional, que sin lugar a dudas afectan la labor diaria. 

A todos nos pasa que la inestabilidad no nos permite planificar como quisiéramos y recorrer caminos ideales en nuestra vida personal, familiar, profesional y comunitaria.

Años anteriores decía: “Son tiempos de transformaciones constantes, vivimos en un mundo complejo, muchas cosas han cambiado, pero también es necesario comprender que se conservan ciertas cuestiones básicas y esenciales”.

Ese párrafo estaba dedicado al aprendizaje sobre la pandemia y las cuarentenas. Sin embargo,

una vez más, interpreta este momento de la Argentina.

Hebraica hoy crece gracias al trabajo comprometido de voluntarios y profesionales que se preparan todas las semanas y mantienen viva la llama sagrada del trabajo serio y por el otro. Hebraica crece en infraestructura, avanzando con nuevos proyectos educativos, deportivos, culturales y sociales.

Como dirigentes tenemos una vital responsabilidad en conservar activas nuestras instituciones, tender lazos y dar la lucha en conjunto. Unidos, porque en tiempos de crisis, las amenazas de todo tipo reaparecen y los riesgos crecen.

También podemos tomar la oportunidad, aprender y salir fortalecidos. Cada uno en su rol tiene la oportunidad de redoblar esfuerzos y adaptarnos. Prepararnos una vez más y enfocarnos en lo esencial.

Mi deseo es que en estos tiempos críticos que nos tocan navegar tengamos la suficiente claridad para no dejarnos atrapar por lo urgente y centrarnos en la visión de qué queremos ser como comunidad, sosteniendo los

valores judaicos y estrechando vínculos comunitarios.

Anhelo que en este nuevo año que comienza podamos cumplir con el compromiso de trabajar más unidos en comunidad. 

Que cuando escuchemos el sonido del Shofar y cerremos los ojos, podamos repasar lo hecho

y decidir cómo vamos a afrontar el próximo año.

Sigamos transformando juntos, en comunidad, priorizando la familia y desarrollando cada día más los valores judíos de la continuidad, la educación, justicia social, bienestar en sociedad y respeto.

¡Shaná Tová Umetuká!

Mi Refugio, con grandes proyectos

(Por Luis Grynwald – Presidente de Mi Refugio)

Se termina un 5783 con grandes avances en nuestra institución, momentos vividos que quedarán grabados en nuestro corazón verde.

Con gran esfuerzo y trabajo conseguimos inaugurar la entrada que hoy se nota robusta y moderna, a la altura de lo que requiere el country, repavimentamos todas las calles con el intercalado, el cual dejó nuestros caminos internos con gran prolijidad. También contamos con un nuevo gimnasio con el House deportivo.

Los avances en la infraestructura son posibles gracias a voluntarios y profesionales que tienen un norte concreto con una visión clara de hacer crecer las

actividades culturales en la institución, en lugares amigables y confortables.

En esa línea afianzamos juventud con más de 300 chicos y un departamento deportivo que sigue creciendo en propuestas y participación.

Estamos diseñando y produciendo un libro institucional que refleje nuestra rica historia. 

Sentimos un profundo orgullo y honor de ser sede de los 37° Juegos Nacionales Infantiles Macabeos, en los que recibiremos más de 1400 chicos de toda la Argentina, Brasil, Chile y Paraguay. 

Antes de fin de año lanzamos el proyecto de ampliación que tanto soñamos, con el que podremos sumar 100 familias más a la comunidad Mirre, y que implica un desafío integral, porque traerá un gran crecimiento institucional en materia de actividades, propuestas, mejoras internas y mucho más.

Se termina un año más de grandes desafíos, son momentos de reflexión y de

evaluación sobre las metas plantadas y repensar los objetivos. Nuestro balance como institución es realmente positivo y lo que se viene será mejor.

Grandes noticias para celebrar nuestros 60 años.

Se acerca el 5784 y deseamos un año con trabajo, salud, buenas acciones, que nos reúna

para alegrías y nos encuentre siempre en familia rodeados en la mesa brindando por un año nuevo dulce.

Los esperamos en Mi Refugio para que se sientan en casa.

“Roja la sangre y verde el corazón”.

¡Shaná Tová Umetuká!

 

Mensaje de Osvaldo Ofman

Presidente del Club Náutico Hacoaj

Rosh Hashaná y Iom Kipur nos proponen tomarnos un tiempo, siempre necesario, para la reflexión. Es la oportunidad que tenemos, cada año, para analizar lo hecho, proyectar qué deseamos para el futuro y definir cómo vamos a lograr lo que nos proponemos.

En Hacoaj, el año que termina estuvo marcado por el crecimiento. Más familias nos eligieron y siguen valorándonos como un espacio de calidad, para encontrarse en comunidad, disfrutar del río y la naturaleza, el deporte y la cultura…donde aprender, siempre jugando en equipo y dando lo mejor de cada uno.

Hemos crecido, también, en infraestructura, con nuevos y mejores espacios.

Todo esto nos da un gran impulso para comenzar el 5784 con las mejores expectativas. Y con el desafío, siempre estimulante, de seguir creciendo.

El 5784 estará marcado por un hecho comunitario de primer nivel internacional: los Juegos Macabeos Panamericanos 2023 organizados por Faccma. En Hacoaj recibiremos a más de 1.200 deportistas judíos de 22 países. Estamos muy felices de poder hacerlo con pasión, calidez y nuestra mejor sonrisa.

No podemos ser ajenos a un contexto que se presenta con incertidumbres, tanto en Argentina como en Israel. Somos optimistas. Siempre lo fuimos. El optimismo está en nuestro ADN desde el momento en que un grupo de jóvenes judíos decidió crear Hacoaj, hace 87 años, prácticamente de la nada. En medio de una realidad que se presentaba muy oscura, nuestros padres y abuelos nos enseñaron que debemos ser fuertes, no dejarnos doblegar nunca y tomar el destino en nuestras manos.

Por eso, confiamos en la fortaleza del pueblo argentino y del pueblo de Israel.

Finalmente, a nuestro deseo de paz sumamos otro: que todas y cada una de nuestras familias compartan, unidas y en armonía, los espacios de encuentro de Rosh Hashaná y Iom Kipur.

 

CSHA: un espacio para la conexión

(Por Maximiliano Srur – Pte. de CSHA)

Cuando se acercan los Iamim Noraim, no podemos dejar de pensar en tres conceptos: reflexión, introspección y compromiso. La reflexión lleva a la introspección y, estas dos, conllevan a tener un compromiso con uno mismo y con nuestro prójimo. Es aquí cuando se abre un período de profunda importancia espiritual y personal. 

Es increíble pensar que, a partir del festejo del nuevo año, comenzamos a realizar una autoexploración de todo lo que vivimos en el año que pasó, haciendo hincapié en nuestras decisiones, acciones y relaciones para saber dónde hemos tenido éxitos y cómo continuar mejorando como personas.

Para realizar esta autoexploración, debemos enfocarnos en la reflexión, que es el primer paso para luego conducir a una introspección y profundización de nuestros actos. Durante los Iamim Noraim, nos sumergimos en un análisis interno de nuestras emociones, valores y motivaciones. Preguntas importantes sobresalen como: ¿Quiénes somos realmente? ¿Qué aspectos de nosotros mismos deseamos mejorar? La introspección nos permite descubrir capas más profundas de nuestra identidad y cultivar una conexión más genuina con nuestros objetivos y propósitos.

Aquí es donde el Círculo Social Hebreo Argentino se convierte en un aliado esencial. Como una institución judeo – sionista arraigada en las tradiciones del pueblo judío, en CSHA brindamos un espacio en el cual

esta reflexión y autoexploración pueden ser llevadas a la acción concreta y significativa. Desde su núcleo, en CSHA nos comprometemos a robustecer la educación judía y sus tradiciones, proporcionando respuestas a los desafíos contemporáneos que puedan amenazar la cohesión y la identidad judía en las nuevas generaciones. 

En CSHA fomentamos un ambiente de convivencia saludable. Aquí, la comunidad encuentra un espacio para participar en actividades socio-deportivas que fomentan la integración, la pertenencia y el sentido de familia. Desde el Beit Hakneset donde las familias pueden unirse en oración, hasta las competencias deportivas que brindan a los jóvenes judíos un espacio para cultivar relaciones y sentido de comunidad, el CSHA se convierte en un reflejo tangible del compromiso y la unidad que los Iamim Noraim nos inspiran a buscar.

Desde el Círculo Social Hebreo Argentino les deseamos un Shaná Tová Umetuka 5784, que

este nuevo año esté colmado de paz y salud, tanto en el seno de sus familias como en nuestra comunidad.

Una nueva propuesta para un nuevo año

(Por Dr. Ariel Gelblung – Director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina)

Estamos a las puertas de un nuevo período de introspección individual.

Los Iamim Noraim, o días temibles, que tenemos por delante sirven de autoevaluación. De analizar qué hemos hecho bien y, sobre todo, qué hemos hecho mal.

Una vez que identifiquemos qué es lo que no hicimos bien, tenemos una oportunidad de remedio, de reivindicación, de redención.

Saber qué es lo que no hicimos bien nos da la posibilidad de cambio. Enfrentar las consecuencias de nuestro error

involuntario o el daño voluntario que causamos para no dejar las cosas mal.

De nada sirve esperar a Iom Kipur para pedir perdón al cielo, en un diálogo con la Divinidad, dejando fuera la dimensión humana.

El daño se arregla aquí, en este plano terrenal, y quien debe arreglar lo roto somos nosotros asumiendo nuestras responsabilidades. Debemos poner la cara y hacernos cargo de lo malhecho, reparándolo.

Este proceso verdaderamente nos hace mejores.

Propongo para este nuevo año que esta oportunidad se transforme en colectiva.

Buscar cómo remediar el odio gratuito entre hermanos, que tanto daño está ocasionando en nuestro Eretz Israel.

Ver qué podemos hacer desde nuestro lugar para cerrar las grietas abiertas en nuestras sociedades latinoamericanas.

Propugnar el abandono del discurso de odio para trabajar en pos de la convivencia en la diversidad.

Mandar a dormir la tentación de salvataje individual para despertar una conciencia solidaria y preocuparse por el semejante.

Si ese cambio en lo individual es de crecimiento y altamente gratificante, queridos hermanos, seguramente en lo colectivo lo será en grado superlativo.

Que tengan un año bueno y dulce, y que sean inscriptos en el Libro de la Vida.

Año nuevo sin vitel toné

(Por Claudio Epelman – 
Dtor. Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano).

En algunos días, las comunidades judías de todo el mundo brindaremos en familia para dar la bienvenida al 5784. 
Como en toda celebración, en la mesa no faltarán las comidas típicas, aunque este “año nuevo” tendrá más dulzura que vitel toné. Porque a diferencia del 31 de diciembre, el significado de esta festividad va mucho más allá de un simple cambio de calendario.
La tradición judía nos enseña que Rosh Hashaná tiene tres pilares fundamentales.
La tefilá, o plegaria, es el primero de ellos, y se limita al aspecto religioso propio de esta fecha.

El segundo es la teshuvá, o arrepentimiento, una oportunidad de rever nuestras acciones que supera la mera introspección, y pone el foco en el acto de pedir perdón.
Por último está la tzedaká, que tiene sus orígenes en la palabra hebrea tzedek, justicia. Definida habitualmente como caridad, es más bien justicia social.
Aprendemos, entonces, que el año nuevo es una oportunidad no solo de balance individual sino colectivo, de poner el foco en aquello y aquellos que lo necesitan, y trabajar juntos para construir una sociedad más justa.
¡Shaná Tová Umetuká, por un año bueno y dulce!

Brit Milá

Por Gregorio Spivak – Mohel

Un Brit Milá se hace al octavo día y siempre hacerlo es una Mitzvá, y más si cae justo en Shabat como en Jaguim

Pero el bebé debe de estar bien de salud así como la mamá, y nacer de parto normal. De nacer de cesárea, dado que uno podría programar el nacimiento para esa fecha, se pospone para el día siguiente. 

Para mí siempre es especial, pero en Rosh Hashaná empieza el año y sería el nacimiento de una nueva vida judía. Además estamos leyendo en la Torá sobre el Brit Mila de Itzjak.

Con respecto a Iom Kipur se hace el Brit Mila, pero dado que es un día de ayuno, no se levanta la copa de Kidush.

Quisiera desearle a la comunidad que podamos estar unidos, respetándonos todos con nuestras diferencias, somos todos hermanos y un solo pueblo con diversos matices, pero con una mirada única hacia Ierushalaim. Kol Israel Areivim Ze la Ze. Am Israel Jai.

Jag Sameaj y Shana Tova.

Los cinco perjuicios que está provocando en Israel la crisis por la reforma judicial

(Por Gabriel Ben-Tasgal – Analista político internacional, periodista especializado en Medio Oriente)

Usted no va a encontrar en este artículo un detalle sobre las motivaciones que llevaron al gobierno a impulsar la presente reforma judicial. Si alguien está interesado en profundizar  en las raíces tectónicas e ideológicas por detrás de la presente contrarrevolución promovida por algunos ministros del gobierno de Israel, es aconsejable leer con atención el libro del actual presidente de la Comisión de Leyes del Parlamento, el diputado Simja

Rotman, que publicó hace unos aňos su libro “Mifleguet Bagatz” (el Partido de la Suprema Corte de Justicia). En el otro extremo, si se defiende un estilo de argumentación twittero, se explicará que todo lo que está ocurriendo en Israel está destinado a liberar a Binyamin Netanyahu del juicio en su contra.

Nuestro deseo es centrarnos en una serie de claros, inmediatos y evidentes daños que estamos infringiendo los que vivimos en Israel.    

1) La extremización del debate puede provocar brotes de violencia física

No se trata de un fenómeno único en Israel. La radicalización del diálogo se detecta en muchas sociedades del mundo. El problema es que, entre los judios y en Israel, las disputas ideológicas han decantado en actos de violencia y hasta en asesinatos.

Un ejercicio histórico simple muestra a judíos saduceos incendiando los depósitos de alimentos de judios fariseos, y viceversa, para condenar a los rivales a “morir antes”, durante los días de la revuelta contra Roma (año 70 d.c.). Durante el último siglo, el establishment sionista entregó a rivales ideologicos del movimiento Betar y del Irgun Tzvai Leumi a manos de los britanicos, ya que no aceptaban el dictamen de la dirigencia (dias de la Season) y, en 1995, un primer ministro electo de Israel, Itzjak Rabin, fue asesinado a manos de un magnicida de extrema derecha que no aceptaba los designios democraticos.

Una de las características de la radicalización es asignarle a otra persona que intuimos como contrario a nuestra postura, todas las cualidades negativas acumuladas que creemos defienden desde su “bloque”. De esta forma, la mesura no es la norma sino la excepción.

En el marco de dicha extremización, algunas autoridades pasadas del Estado de Israel, con sus declaraciones rimbombantemente

irresponsables, han ayudado a caldear el ambiente hasta niveles preocupantes. 

2) Se ha permitido la apertura de las “puertas del infierno”

Felicitados y arropados por diversos medios de comunicación, no se denuncia con furia el hecho de que soldados israelíes condicionen su servicio militar a lo que consideran una amenaza a la democracia por parte del gobierno.

Especial daño han provocado los reservistas de la Fuerza Aérea de Israel. El argumento es que ellos, los pilotos reservistas, se están voluntarizando puesto que su servicio obligatorio ya ha terminado. Los pilotos reservistas se apersonan una vez por semana en las bases para realizar misiones puntuales y así reducir la exigencia sobre los hombros de otros pilotos.

Hace unos años, uno de los principales arquitectos de las protestas, el ex primer ministro Ehud Barak, instó a que las manifestaciones en contra del gobierno sean promovidas desde fuerzas de élite del ejército, que contaban con

apoyo popular, como ser el foro frente al cual dijo esto, los reservistas de la aviación del “grupo 555”.

En vez de recibir una condena rotunda y contundente, hay quienes solapan y justifican esta objeción rebelde como una medida justificada y racional. No lo es. Como bien dijo Alan Dershowitz, incluso si todas las reformas expuestas por el ministro de Justicia Yariv Levin son aprobadas, Israel no dejará de ser una democracia. Netanyahu dijo que se concentrará en una reforma más, ligada a la comisión de elección de jueces.

La gravedad de la situación radica en el hecho de que este tipo de declaraciones abren las puertas del infierno. Hoy son irresponsables de un lado los que condicionan el altruismo nacional a lo que consideran una calamidad…pero mañana sucederá que el gobierno legítimo de Israel ordenará la evacuación de ciudades judías más allá de la línea verde, en el marco de un plan de paz, y entonces aparecerán miles de soldados de infantería que no “ejecutarán” tal medida legal del gobierno…por considerarla una aberración y una amenaza a la

seguridad de Israel. Ellos también serán objetores (sarbanim) y no ayudará que la prensa del momento los condene diciendo que lo de los “pilotos 2023” eran “otras personas y otras circunstancias” (argumento clásico del demócrata poco coherente). 

Una vez que se abren las puertas del infierno, será difícil controlar la proliferación de fenómenos parecidos.

3) La amenaza del principio de “complementariedad” 

La Corte Penal Internacional no posee el derecho de investigar la conducta de soldados israelíes ya que, cuando el sistema judicial local es eficiente y prestigioso, se supone que son los jueces locales quienes controlan y procesan la conducta inapropiada de nuestros soldados. En otras palabras, una justicia fuerte evita, supuestamente, que cortes internacionales intervengan amenazando la libertad de los soldados.

Uno de los argumentos preocupantes sobre las disputas actuales es que países que adoptaron el principio de justicia universal (como España)

se sentirán tentados a detener a soldados o políticos israelíes argumentando que el principio de complementariedad no rige para Israel, ya que la justicia en ese país no es fuerte. Lo mismo podría argumentar, supuestamente, un fiscal de la Corte Penal Internacional.

¿Qué pruebas podría aportar el demandante, aquel que dice que la “complementariedad” no rige para Israel? Bueno, para comenzar, cientos de artículos de personas que aseguran que Israel “ya” es una dictadura, pasando por declaraciones de jueces israelíes que se oponen a las reformas y, por supuesto, las declaraciones de políticos locales que no destacan por su exactitud.

4) La imposición de una sensación de crisis económica

Técnicamente hablando, la situación económica israeli es buena. Sin embargo, cuando agencias crediticias hablan sobre la posibilidad de reducir el estatus crediticio de Israel, debido a las reformas judiciales, o empresas líderes tecnológicas aseguran que se irán del país si se aprueban las reformas, o cuando la prensa israeli resalta

cada mínima reducción en las acciones de la bolsa de valores de Israel, entonces la “sensación de crisis” se puede concretar en una “crisis tangible”.

Los factores psicológicos son importantes a la hora de comprender las conductas económicas. En otras palabras, si estamos convencidos de que estamos en camino a una dictadura, es imposible que la actividad productiva no se resienta.

Por el momento, los datos fríos no demuestran que Israel vaya en camino de una recesión, lo que no significa que estamos liberados de tal escenario.

5) Desde Israel estamos avergonzando a nuestros hermanos judios en la diásporas

El espíritu dominante de los interesados en Israel es de inquietud. Personas comprometidas se cuestionan qué desean imponer desde el Gobierno de Israel, por qué han escogido este momento, qué pretenden los manifestantes y, sobre todo, por qué los israelíes se están expresando de forma tal dicotómica.

Nuestras plegarias nos recuerdan que desde Sion saldrá la luz o que el pueblo judio será una luz entre las naciones. Hoy, el pueblo de Israel transmite oscuridad y tristeza, deshonrando nuestra memoria histórica y cuestionando nuestro futuro juntos.

El Keren Kayemet LeIsrael, nuestros sueños, nuestro futuro

(Por Danny Lew – Presidente KKL Argentina)

En Basilea tuvimos un sueño: retornar a nuestra tierra ancestral. Soñamos con tener una tierra, un hogar donde vivir, trabajar y soñar. Ese sueño, que empezó como una idea, se convirtió en una realidad y al mismo tiempo en un nuevo sueño: el de tener un mejor futuro. Retornamos a la tierra de Israel y construimos un país fuerte, vibrante y pujante. Fuimos y somos protagonistas de la construcción del Estado de Israel. 

La historia del KKL nos enseña que los sueños no tienen

límites, y que siempre es posible lograr lo que nos proponemos. Hemos cambiado la historia de muchas personas y comunidades en todo el mundo. 

Este año, gracias a nuestro trabajo en Argentina, hemos inaugurado 4 nuevos bosques. Fuimos testigos de la colocación de la piedra fundacional de la Casa KKL para la Excelencia en Beit Shean y estaremos inaugurando 10 nuevos refugios de seguridad cerca de la frontera sur. Pero nuestra labor no termina con el desarrollo económico y social de Israel.

Estamos invirtiendo en formar a nuestros hijos y nietos en todas las comunidades del mundo, para que puedan seguir nuestro trabajo y continuar el legado. Nuestro mayor reto es la formación de nuestros niños, y la manera en que podremos asegurar nuestro futuro. Este año hemos llevado a Israel a 18 educadores de la red escolar judía para participar del Encuentro Mundial de Educación organizado desde nuestro Departamento de Educación, donde durante 10 días recorrimos Israel y visitamos proyectos del KKL.

Y, por primera vez, nos hemos sumado activamente al Congreso de Educación organizado por AMIA, OSM y United.

Durante tres días, junto a 1500 educadores de la red escolar judía, nos capacitamos, aprendimos y pensamos cómo hacer frente a los nuevos desafíos educativos que la inteligencia artificial trae. Con nuestro programa Litzor estaremos presentes en todas las escuelas de madrijim y acompañaremos a todos los egresados que viajen a Israel.

El proverbio “Nunca es tarde para hacer el bien” es un reflejo perfecto de lo que el Keren Kayemet LeIsrael representa. Es una constante invitación a todos nosotros a actuar y a hacer una diferencia. Y es un recordatorio de que el cambio empieza con cada uno de nosotros. No solo hemos construido un hogar para el pueblo judío, sino que también hemos creado un legado de valores, como la perseverancia, el trabajo duro y la fe en un futuro mejor. No son solo palabras. Es una promesa de que, si trabajamos juntos y perseveramos en nuestros

sueños, podemos lograr cosas extraordinarias. Nuestra historia nos enseña que nada es imposible, todas nuestras acciones son un sueño hecho realidad. Con cada moneda en el pushke hemos logrado algo muy grande. 

El Keren Kayemet LeIsrael es más que una idea o un sueño, es una realidad. Es la historia de millones de personas que nos hemos unido para construir un Estado de Israel vibrante, y que con nuestras acciones estamos logrando cambiar el mundo. 

Shana Tova Umetuka

Un período de renovación

(Por Rabino Daniel Goldman – Rabino emérito de Bet El)

Estos próximos días marcan el inicio de un nuevo mes en el calendario hebreo, identificado como Elul.

Por casualidad, como regla memotécnica, los que hablamos el castellano jugamos con la idea de Elul y el úl-timo mes, dado que estas son las 30 jornadas finales del año judío. Este tiempo, acorde con nuestras costumbres, nos invita a recorrer una travesía de elevación espiritual, ya que es un período particularmente propicio para revisar nuestra conducta cotidiana en la que debemos desarrollar nuestra capacidad de arrepentimiento y solicitud de perdón.

Este último tramo del almanaque se enlaza directamente con las conmemoraciones de Rosh

Hashaná (Año nuevo) y Iom Kipur (Día del Perdón). En arameo -una de las lenguas vernáculas del pueblo hebreo, del cual los nombres de los meses fueron adoptados- la palabra Elul significa “búsqueda”. Este vocablo resulta apropiado debido a que es una época del año en la que indagamos en la hondura de nuestra alma tendiente a mejorar nuestro accionar, reconocer nuestras faltas e intentar enmendarlas.

Conforme al Talmud, Elul coincide con el comienzo de una etapa de 40 días en el que Moisés oró ante Dios para suplicar por el perdón colectivo del pueblo después del incidente Becerro de Oro. 

Elul es un tiempo para recapacitar en el pedido de indulgencia por daños causados.

Según la tradición judía, Dios no puede dispensarnos por los errores cometidos ante otro hasta que hayamos obtenido el perdón de aquel a quien hemos ofendido. Esta no es una tarea fácil de metabolizar si nunca se la realizó. Ello, en definitiva,

implica un sano ejercicio en el arte de superar el accionar de nuestra propia omnipotencia, reconociendo que la estrechez de espíritu y el egoísmo deterioran la vida armónica que debe primar en los vínculos humanos, en la naturaleza y en el universo.

Este sentido profundo de auto-superación involucra el desarrollo de nuestro propio potencial para descubrir

la sublime misión que asumimos en esta tierra, trabajando con esfuerzo para cumplirla en su auténtica y probada dimensión. 

Que cada día de este último mes pueda resultar una guía para hacer del resto del calendario un mejor tránsito en nuestra existencia.

El arte de saber escuchar

(Por Rabina Sarina Vitas – Comunidad Amijai)

Hemos iniciado el último mes de nuestro calendario. Elul comienza como un desafío de introspección, reflexión y escucha. Las tefilot de Selijot, el Salmo 27 y el sonido del Shofar marcan su llegada en nuestras vidas.

El mes de Elul nos propone la desafiante aventura de andar el camino…no de alcanzar las metas, sino aprender que los obstáculos mismos son el camino y hay que entrenarse a

sortearlos. Al llegar este tiempo, no deja de invadirnos la sensación de rapidez del paso del tiempo y el cosquilleo de qué nos deparará el futuro que se abre ante nosotros. Ya hemos aprendido que Rosh Hashaná nos es sinónimo de una nueva vida, pero es la posibilidad que se renueva esperanzadora. Porque un nuevo año supone dar a luz un tiempo futuro que bien puede y debe ser mejor que ayer. Eso dependerá de nosotros.

Iniciamos un camino espiritual que genera incertidumbre para reconocernos en errores, aceptarlos, modificarlos y planificarnos renovados. Por eso este mes está cargado de una energía particular. La palabra Elul significa «búsqueda». Elul es un momento para buscarnos y buscar en nuestros corazones. Elul es el mes del encuentro con el prójimo, “Ani le dodi ve dodi li”; la reconciliación, el sanar heridas…sin olvidar que “el amado” también puede ser la Divinidad y hay que encontrarla en nuestras vidas.

La «búsqueda» es la clave de las oportunidades. La búsqueda es estar en movimiento constante e intenta mantenernos

equilibrados. El sentido que equilibra nuestra vida es la audición, la escucha. De ahí la importancia del Shofar: su raíz viene de la palabra hebrea LeShaper, mejorar.

¡Cuánta vibración, cuánto estremecimiento! En los sonidos del Shofar. Qué energía inmensa trae consigo el cumplimiento de esta mitzvá. Es la orden específica de la Torá, así se llama a Rosh Hashaná, “Iom Truah” (día del sonido del Shofar).

Pero, ¿qué significan dichos sonidos? Esos sonidos, kolot, voces, son música, y el compositor de esta música es Dios. 

Conocemos que toda música tiene contenido, no son sólo notas que se unieron, sino que tienen un mensaje, un sentido en su interior. Hay melodías alegres, melodías melancólicas, hay pop, hay rock. La música del Shofar también tiene algo para decirnos. 

Cuando Dios crea al hombre toma polvo de la faz de la tierra; moldea su figura, su cuerpo y luego insufla con un soplido…su Neshamá. La mística nos

enseña que cuando uno respira hondo, ¿de dónde saca el aire? De lo más interno. Dios, de lo más interno de Sí, nos otorga la Neshamá…su esencia, su chispa…una parte divina; un pedacito de Él está en nosotros. 

La acción Divina para darnos vida fue soplar. Por lo tanto en Rosh Hashaná soplamos. ¡No se puede cumplir con esta mitzvá si alguien no sopla! ¡Y esto no es casual!

Rosh Hashaná, como día de la creación de la humanidad, y Iom Hazikaron, como Día del Recuerdo. Este día debemos recordar cuál es nuestra finalidad, replantearnos y recordar qué función cumplimos. Y ese es el recuerdo que debe llegar a nosotros cuando escuchamos el Shofar. 

Dice Rambam: «¡Despiértense los que duermen! ¡El Shofar es nuestro despertador espiritual!»

¿Para qué? Muchas veces nos levantamos como autómatas, y no sabemos para qué. O sabiéndolo, no hacemos lo adecuado. Entonces, estos días se nos exige levantarnos, regresar en nuestras acciones y recordar cada una de ellas para

rendir cuentas. “Iom Hadin”. 

El Shofar tiene como objetivo invitarnos a salir de la enfermedad del olvido y construirnos en la salud del recuerdo. Somos criaturas con responsabilidades; de palabras, acción; con libre albedrío en la elección. 

La pregunta es si somos capaces de escuchar. ¿Escuchar significa que ingresen sonidos al oído? ¿Sabemos escuchar? ¿O sólo nos gusta que nos escuchen? ¿Tenemos paciencia para escuchar?

Durante el año nos cuesta escuchar; prestamos poca atención a la escucha. Este mes es un entrenamiento que nos obliga a la escucha. Se nos pide que nos quedemos quietos y atentos a la escucha. 

La humanidad tiene el problema de no saber escuchar. Rosh Hashaná y nuestra esperanza de mejorar nos brinda la oportunidad de ésta vez salir mejores. ¡Pon atención! Si quieres cambiar, hay una sola técnica: ¡Escuchar!

Tekiá es un sonido pleno, sencillo; simple. Se utilizaba para convocar a la comunidad,

para avisar celebraciones, festejos, alegrías. Unidad. Reconocer a Dios como Creador y Supervisor.

En cambio, cuando el pueblo salía a la guerra, se enfrentaba contra el enemigo, se escuchaba la Truá, el cual es un sonido roto, cortado, complicado.

Lo mismo que Shevarim, un lamento, un llanto, una desilusión, un fracaso. 

La compaginación de las Tekiot del Shofar siempre empiezan y terminan con Tekiá.

Lo sencillo y simple; lo dificultoso y complejo. Así es la vida. la composición del toque del shofar; en el comienzo y en el final, hay calma y tranquilidad, paz y armonía. En el medio, problemas, súplica, complicaciones…

Al comienzo venimos de Él y nos sentimos protegidos, pero la vida debemos vivirla, sufrirla, trabajarla, amarla, disfrutarla. Y una vez al año, entrenarnos en la escucha. Escucha propia, de los otros y de la misión que nos dieron en este tiempo.

De esta forma, escuchar el

Shofar nos vuelve al equilibrio, al sentimiento esperanzador de que hay posibilidades de regresar a la calma del encuentro. Del encuentro con los vínculos lastimados, con los sueños frustrados, con las energías perdidas. Un nuevo soplido interior en nuestras vidas, si la tarea está cumplida,

aprovechando las llaves de oportunidad que nos brinda la búsqueda y la transformación en estos tiempos. 

¡Que tengamos la bendición de abrir los oídos y el corazón para escuchar y ser protagonistas de nuestra renovación!

¡Shaná Tova Umetuká!

La Kehilá de Tucumán se prepara para estos Iamim Noraim

(Por Gabriel Domfrocht – Presidente de la Kehilá Tucumán)

Ya nos estamos acercando a los Iamim Noraim, Rosh Hashaná y Iom Kipur. 

Estos son los días más sagrados del calendario judío, donde se marca el comienzo del año y es un momento de reflexión, introspección y renovación espiritual. 

Por otro lado, es el día donde buscamos reconciliarnos con Dios y con nuestros semejantes.

Estas festividades nos brindan la oportunidad de evaluar nuestras acciones, corregir errores y buscar un nuevo comienzo en nuestras vidas.

Desde la Kehilá estamos trabajando, como siempre, arduamente en la preparación y decoración del Templo y las instalaciones, asegurándonos de que esté en las condiciones adecuadas para estos servicios religiosos. También estamos organizando actividades especiales y programas educativos para enriquecer la experiencia de nuestros miembros durante estos días tan significativos.

Además, sumamos nuevos voluntarios que vienen colaborando en distintas actividades, para que contribuyan con la preparación y también para que puedan compartir ideas y sugerencias para mejorar nuestra celebración y hacerla aún más especial.

Para nosotros este es un momento de mucho trabajo, pero también nos genera muchas expectativas y una enorme alegría , ya que es un momento muy especial y

movilizador para toda la comunidad.  Nosotros lo tomamos y asumimos con toda esa responsabilidad y exigencia, buscando brindar a la comunidad el marco espiritual adecuado para esta ocasión. 

Aprovecho para saludar a toda nuestra comunidad, decirles que como siempre los esperamos en su casa, en la

Kehilá. Desearles un Shaná Tová u Gmar Jatimá Tová para toda nuestra comunidad judía de Argentina, de Medinat Israel y del resto del mundo. 

Que tengamos un mejor año con muchas bendiciones, alegrías y sobre todo lo principal, que es la salud.

Editorial de Guillermo Borger

(Ex presidente de AMIA – Presidente de GMAJ CENTER y creador de la “Peña de Reflexiones”)

Estimados amigos, estamos transitando el mes de ELUL del calendario hebreo, donde cada mañana en todos los templos judíos del mundo se toca el Shofar, que emite un sonido que penetra en los corazones para recordarnos que en pocos días será Rosh Hashana y Yom Kipur, las fiestas más solemnes de nuestro calendario.
Es el momento de reflexión sobre todos nuestros actos, para concientizar que debemos tratar de mejorar como seres humanos en todos los aspectos,

y así alcanzar el amor al prójimo, destacando la inteligencia emocional por encima de la tan difundida inteligencia artificial.
Es mi deseo, de todo corazón, que tengamos un año muy dulce con salud y logros positivos.

¡Shaná Tová Umetuká!

Que estos Iamim Noraim, días de introspección, nos permitan reflexionar sobre nuestros actos, dándonos lugar a la renovación  espiritual a través del autodescubrimiento y transformación personal. 

Que tengamos la capacidad de entender a tiempo lo que sucede a  nuestro alrededor, enfrentando con sabiduría los obstáculos que se  nos presentan para que podamos reparar los errores cometidos en  busca del bien común.

Las puertas de nuestra agrupación PLURAL JAI están abiertas para  sumar voluntades en pos del trabajo en conjunto, asumiendo el  compromiso entre todos para fortalecer y lograr la unidad comunitaria con el objetivo de preservar nuestras tradiciones y transmitirlas a las  próximas generaciones. 

¡Shaná Tová Umetuká! 5784

Cómo disfrutar la cena de Rosh Hashaná

(Por Dr. David Sznajderhaus – MN 70.630 – Especialista en Trastornos de la Alimentación)

En la cocina judía están muy presentes las verduras y las carnes (de vaca, pollo o pescado), así como los frutos secos.

Para estas fechas, además, se agrega la manzana con miel, para tener un año bueno y dulce (Shaná Tová Umetuká). También se come remolacha, zanahoria y calabaza, entre otros alimentos que representan algunos de los deseos para el año que comienza.

Otra de las costumbres tiene que ver con comer cabeza de pescado y gefilte fish (una mezcla de diferentes pescados que se puede preparar al horno o hervido). Se suele condimentar con jrein (una

salsa a base de rábano picante y remolachas).

El vino, que simboliza la alegría, tampoco debe faltar. Así como la jalá, el pan trenzado que se comparte todos los viernes para la ceremonia de Shabat, y que en esta oportunidad se unta con miel para que tengamos un año dulce, aunque con una pequeña diferencia: en Rosh Hashaná se prepara redonda (agulá). 

Los varenikes y knishes son otras comidas típicas que para este nuevo inicio estarán en la mesa de muchas familias (¡que esto no sea motivo de discusión con los amantes de la comida sefaradí!).

Pero cuidado. Es cierto que la comida familiar es importante y muy significativa, pero debemos recordar que al fin y al cabo no deja de ser una cena, por lo que es bueno tener en cuenta la cantidad y las mezclas, para que el día siguiente no se transforme en un “qué manera de comer”, “no doy más”, “comí para toda la semana”, entre otras frases que los médicos escuchamos para estas épocas, como también pasa el 31 de diciembre.

Los alimentos, la reunión en familia, son parte del ritual y de la tradición judía, pero esto no nos exime de tener cuidado a la hora de sentarnos a la mesa. Recuerden que esas dos noches, o más según cada familia, comemos lo que no es habitual en nuestra alimentación, como tampoco lo es la cantidad.

Seamos medidos y disfrutemos del momento a pleno. ¡Que la comida no sea la razón del encuentro sino la celebración de un nuevo año todos juntos!

Del Mishpat Hamelej a la Declaración de Independencia

(Por Alejandro Mellincovsky – Director para Países de Habla Hispana de Idud Aliá en la Organización Sionista Mundial)

El Pueblo Judío tuvo en su historia dos momentos cruciales en los que pasó de la anomalía a la normalización.

Dos momentos con procesos similares de unión en su tierra, separados por tres mil años de diferencia, pero con un común denominador a ambos: el código de ética que los judíos se impusieron a sí mismos.

Estos momentos fueron la creación del Reino unificado de Israel y el logro del movimiento sionista, el Estado de Israel.

En el siglo XII antes de la era común, el Pueblo Judío no era denominado como tal, sino que eran los Hijos de Israel, ya que se

trataba de los descendientes de Yakov el patriarca, quien cambió su nombre a Israel. La descendencia de sus 12 hijos los mantuvo organizados en forma tribal, y así se asentaron en la Tierra de Israel.

Según el Tanaj, esa estructura se mantuvo en Egipto, mientras deambulaban por el desierto y en la reorganización en la Tierra de Israel, consolidada en su máxima representación en la época de los jueces, surgidos cada uno de su tribu, gobernándola. Pero llegó el momento en que los Hijos de Israel querían un gobierno unificado, por lo que le solicitaron al Profeta Samuel, quien también era el último de los Jueces, tener un Rey “como todos los pueblos”.

Como un chico que quiere un juguete porque lo tienen sus amigos, el pueblo pidió un Rey. Sin rechazarlo, Samuel comprendió la situación de los pueblos circundantes y el deseo del suyo, entendiendo que la realidad es ineludible. Fue en ese momento cuando pronunció uno de los más maravillosos discursos de justicia social en la historia de la humanidad: el Mishpat Hamelej, producto de haber

oído la voz del pueblo. Allí es donde les aclara los derechos y privilegios que podrá tener el Rey, tal como los otros pueblos, pero con la singularidad de que el pueblo no podrá sumirse al Rey. He aquí la sutil diferencia entre lo que no puede ser, Jefe de Estado, y la función que deberá ejercer, la de Primer Mandatario, ya que la realeza de los Hijos de Israel no surgió por mandato divino, sino por clamor popular, y quienes conforman al pueblo son los que delegan su mandato.

Bajo estos parámetros se erigió el primer gobierno judío unificado en su tierra.

Del mismo modo que el Reino Unificado de Israel se estableció a la luz del Mishpat Hamelej, el Estado de Israel se proclamó, y se autorreguló con una nueva y ejemplar carta magna: la Declaración de la Independencia.

Una vez que el Estado de Israel se independizó, y así el Pueblo Judío accedió de manera formal al concierto de las naciones, David Ben Gurión declaró la independencia el 5 de Iar de 5708 según el calendario hebreo (14 de mayo de 1948), pronunciando este documento que le da energía a Israel para

ser el faro ético que logro ser. Tal como lo expresó Ben Gurión mejor que nadie: “No retornamos a la Tierra de Israel por el derecho de la fuerza, sino por la fuerza del derecho”.

La Declaración de la Independencia  es un texto irrefutable e insustituible que avala al Estado de Israel. Esta contiene sucesos históricos, dejando en claro que “la tierra de Israel fue la cuna del pueblo judío. Aquí se forjó su identidad espiritual, religiosa y nacional. Aquí logró por primera vez su soberanía, creando valores culturales de significado nacional y universal, y legó al mundo el eterno Libro de los Libros”. También recalcando que a pesar de la lejanía física, el vínculo del pueblo con la tierra se mantuvo inalterable, ya que “luego de haber sido exiliado por la fuerza de su tierra, el pueblo le guardó fidelidad durante toda su dispersión y jamás cesó de orar y esperar su retorno a ella para la restauración de su libertad política”.

La justificación histórica, sumada al derecho natural de la autodeterminación del pueblo y al reconocimiento internacional, habilitan la existencia del

Estado Judío. No obstante, la soberanía obtenida no encandiló a los fundadores del nuevo Estado en la patria ancestral. La Declaración de la Independencia le dio un carácter de estado judío y democrático, dos aspectos compatibles, como lo refleja la declaración: “El Estado de Israel permanecerá abierto a la inmigración judía y el crisol de las diásporas; promoverá el desarrollo del país para el beneficio de todos sus habitantes; estará basado en los principios de libertad, justicia y paz, a la luz de las enseñanzas de los profetas de Israel; asegurará la completa igualdad de derechos políticos y sociales a todos sus habitantes sin diferencia de credo, raza o sexo; garantizará libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura; salvaguardará los Lugares Santos de todas las

religiones; y será fiel a los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.

Lo que es y lo que no, se delineó desde un primer momento, para que en el día tan ansiado, que ya llegó, tal como lo expresa una de las nuevas estrofas agregadas para los festejos de estos 70 años en la canción Aleluya, cuando “de un país pequeño y solitario, que era solo una leyenda nocturna y hacia ti retornamos desde todos los rincones del mundo”, pasó a ser un país pujante, innovador, independiente en recursos de todo tipo, tenga siempre presente su esencia, en la que lo judío y lo democrático tienen que ir siempre de la mano.

Y continúa Israel, en ese desafío dual, y posible, de ser un país como cualquier otro, y a su vez, una luz para los pueblos.

¡Shaná Tová Umetuká!

Un Shaná Tová un poco amargo

(Por Martha Wolff – Periodista y escritora)

Decir Iamim Noraim es decir celebrar nuestra historia. Y celebrar implica haber sido un pueblo antiguo siempre expuesto a la adversidad.
El orgullo de  no haber sucumbido a las conquistas militares, políticas y religiosas es maravilloso. Y esa pertenencia hizo posible la continuidad. Pero solo ese derecho a ser judío pleno se debe al Estado de Israel. Ese estado que hoy por las diferentes tendencias ideológicas, dentro del mismo estado y fuera de él, han producido una crisis gubernamental y social in situ y otra comunitaria en la diáspora que ha sacudido a la judeidad mundial.

Aunque siempre hubo divisiones entre la izquierda y la

derecha, la ortodoxia y el laicismo, los israelíes convivieron, a pesar de las diferencias que actualmente se han quebrado.
Los israelíes han demostrado un movimiento de protesta por lo que supieron conseguir. Esas caravanas fueron y son el precio de haber soñado ser libres sin pactos entre ambiciones gubernamentales de dominio que coarten el accionar de la Justicia. Se levantaron y salieron por los caminos con sus banderas y familias a defender por lo que lucharon, un estado para vivir democráticamente a la medida del sueño sionista de un país para todos.
Esa movilización se ha sentido también aquí, dado que vivimos en una comunidad de comunidades, y cada una ha interpretado de acuerdo a sus ideas y fe lo que en Israel está pasando.
Hay una brecha entre los religiosos que todo lo esperan de Adonai y los que esperan del hombre y sus decisiones, y es en ambos casos la tan anhelada paz para cada uno con sus principios de respeto y no dominio del otro.
¡Shaná Tová Umetuká a pesar del sabor amargo de esta crisis!

Recetas de comida para Rosh Hashaná

 

Guefilte Fish

Ingredientes:
Dos kilos y medio de pescado mezcla (incluye boga-trucha-dorado y merluza); tres cebollas grandes, todo picado; un poco más de un ¼ de matzemail; seis huevos; tres cebollas cortadas en cuartos; tres remolachas cortadas en cuartos; tres cebollas rehogadas; cuatro zanahorias ralladas; cuatro zanahorias cortadas en rodajas; caldo de gallina.

La mezcla y el procesamiento
El pescado picado con las tres cebollas. Agregar el matzemail, los huevos, las 3 cebollas rehogadas y las 4 zanahorias ralladas. Se mezcla todo hasta que quede uniforme. La consistencia es intermedia (como albóndigas de carne) para que en la cocción no se deshagan del todo, pero que casi lo hagan. Que no queden duras. Se agrega sal, pimienta y azúcar a gusto. El azúcar aunque sea dos cucharas.

Si lo hacemos al horno, con esto arman los bloques de aprox 13×20 cm y al horno envueltos

en papel de aluminio.

Si lo hacemos hervidos entonces: caldo en dos ollas con agua hasta la mitad, se pone a hervir con las remolachas y cebollas más las zanahorias en rodajas (y si tienen algún hueso de pescado, agregar).

Cuando hierve ponemos los caldos de gallina más sal/pimienta/y azúcar a gusto y armando albóndigas con la mezcla, se van sumergiendo en el caldo hirviendo a fuego lento aproximadamente 2 horas.
Alguna vez girarlas para que no se hagan mucho unas y poco otras.

Una vez apagado, se puede sacar el pescado y colar el caldo para tirar las cebollas, hueso de pescado si pusimos y remolachas. Y nos quedamos con el caldo, el pescado y las rodajas de zanahoria para adornar.

Jalá

Ingredientes:
1 kg de harina común
2 huevos
½ vaso de aceite
2 vasos de agua tibia
½ vaso de azúcar
50 gr de levadura
1 cucharita de sal

PARA PINTAR
1 huevo batido
1 cuchara de azúcar
1 cucharita de aceite
Sésamo

Tamizar la harina. Hacer un hueco en el medio. Colocar la levadura. Agregar el azúcar y el agua tibia. Esperar que la levadura se disuelva. Agregar los huevos, aceite, sal. Mezclar y empezar a amasar hasta que se forme una masa suave y elástica. Colocar un dedo sobre la masa y hundirla un poco. Si la masa vuelve ya está suficientemente amasada. Dejar levar hasta que duplique su tamaño (más o menos una hora).

Encender el horno a temperatura media.

Separar un trozo de masa y recitar la bendición (ver en la nota).

Tomar bollitos y darle forma de bastones. Trenzarlos, colocar cada pan trenzado en una asadera aceitada y pintarlos. Espolvorear con sésamo. Hornear hasta que estén dorados los panes.

Bohios de verdura

Ingredientes masa:
½ kilo de harina
1 ¼ vaso de agua
¾ de vaso de aceite
½ cucharada de sal

Ingredientes Relleno:
2 paquetes de acelga
1 taza de queso rallado
2 cucharadas de harina
sal y pimienta

Preparación de los exquisitos bohios de verdura

Colocamos en un bol la sal y la harina y agregamos agua hasta obtener una masa blanda y elástica.
Formamos un bollo y dejamos descansar 3 horas. Dividimos la masa en dos partes. Estiramos hasta obtener una masa no muy fina (30 cm de diámetro).
Dejamos descansar otra media hora. Luego untamos la mesa con aceite y estiramos la masa hasta que quede como un papel.
Salpicamos con harina y rociamos con aceite. Luego rellenamos.

Lavamos y picamos la acelga y luego la dejamos en remojo por dos horas. Las secamos bien y espolvoreamos con la harina y 3 cucharadas de queso rallado.
Agregamos los condimentos. Rociamos la masa con aceite y salpicamos de harina y queso rallado. Cortamos tiras y rellenamos cada tira (una cucharada de relleno en el extremo de cada tira) y arrollamos.

Ponemos en una asadera y salpicarlos con queso y aceite.
Cocinar los Bohios a horno fuerte 25 minutos aproximadamente.

Shana Tová Umetuká
les desea la
Federación de Comunidades Judías de Entre Ríos