Por Eliahu Hamra

Rabino de AMIA

Rosh Hashaná, el día en que el hombre fue creado

En los próximos días celebraremos Rosh Hashaná, el día que marca la creación del mundo, como señala  la oración en la que decimos “Este es el día del comienzo de Tus obras”. Sin embargo, según el Talmud, el mundo fue creado el día 25 de Elul. Por lo tanto, Rosh Hashaná en realidad marca el sexto día de la creación del mundo, el día en que el hombre fue creado.

¿Por qué conmemoramos la creación del hombre y no el día de la creación del mundo entero? La creación del mundo demuestra el poder absoluto de Di-s y su capacidad de crear algo de la nada. Solo un Di-s omnipotente, liberado de todas las limitaciones, puede crear existencia a partir de un vacío absoluto.
El 25 de Elul también se distingue por ser llamado en la Torá “un día”, y no “el primer día”. La Torá elige usar este lenguaje para enseñarnos que en el primer día de la creación, Di-s estaba solo en Su mundo. Aunque el mundo ya había sido creado, el mundo y el Todopoderoso eran una sola entidad.

A pesar de la singularidad del 25 de Elul, cuando el mundo fue creado, Rosh Hashaná lo eclipsa. La razón es que la creación del hombre abrió una relación nueva y más profunda entre Di-s y el mundo que creó.

De todas las criaturas en los mundos físicos y espirituales, solo el ser humano puede elegir aceptar la soberanía divina. Y solo la relación entre el ser humano y Di-s surge de una decisión consciente y de libre albedrío. Aunque Di-s también crea y supervisa la existencia de todas las demás criaturas en el universo, ellas no aceptan conscientemente esta relación. Su conexión con Él proviene de la creatividad divina y no de su propia elección.

Con la creación del hombre, se instaló la posibilidad de aceptar voluntariamente la unidad de Di-s. El pensamiento judío ilustra la diferencia entre la relación del Creador con el hombre y la relación existente entre Él y el resto de la creación, comparándola con dos tipos de gobierno: un rey frente a un dictador. El dictador gobierna sin el consentimiento de sus súbditos, mediante poder y fuerza. Los súbditos del rey, por otro lado, pueden aceptar voluntariamente su reino y pedirle que los gobierne.
A diferencia de cualquier otra criatura creada, el hombre tiene la elección de aceptar el gobierno de Di-s o rebelarse contra Él. Es el único que recibió la capacidad de reconocer la unidad divina a través de la elección y los procesos de pensamiento independientes.

Antes de la creación del hombre, parecía que la divinidad y el mundo eran dos opuestos. Desde la perspectiva del mundo, no se hacía referencia al poder divino que le daba vida. Solo después de la creación del hombre surgió el reconocimiento de la existencia y esencia de Di-s, hasta el punto de que el hombre se convierte en Su socio en el acto de la creación.

El hombre fue creado no sólo para expresar unidad con Di-s en su vida personal; sino que también recibió la misión y la capacidad de infundir esta conciencia en el mundo. Por eso, ya en el primer día de su creación, Adam, el primer hombre, dijo a todas las criaturas del mundo: “Vengan, adoremos y postrémonos, bendigamos ante el Señor, nuestro Creador”.
Al compartir el hombre su sublime conexión con Di-s con el mundo entero, se convierte en un socio del Eterno en la creación, y contribuye con un fundamento esencial para la existencia del mundo: una unión consciente con Di-s.

La creación del hombre es la culminación de la creación

Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Por qué las oraciones de Rosh Hashaná declaran “Este es el día del comienzo de Tus obras”? Incluso reconociendo que Rosh Hashaná es superior, al final el mundo fue creado el 25 de Elul.

Debemos entender que desde el 25 de Elul y los días siguientes se revelaron los enormes poderes de Di-s. Pero la creación del hombre, que reveló un propósito más profundo de la creación y un aspecto más elevado de la divinidad, eclipsó completamente estos poderes.
La revelación que trajo la creación del hombre hizo que la existencia anterior del mundo se considerara incompleta. A través de la creación del hombre, el Todopoderoso instaló una nueva definición de existencia. Por eso, el aniversario de la creación del hombre se considera el aniversario de la creación en su totalidad.

Este propósito superior de unir el mundo con el Todopoderoso se logra a través de nuestras acciones proactivas al desarrollar una relación consciente con Di-s y expandir esta relación a todos los aspectos de nuestra existencia. A través de estas acciones de oración al Creador, y vinculando lo que nos sucede en la vida a Él, acercamos el tiempo en que esta relación florecerá y prosperará, convirtiéndose en una realización plena en la próxima era de redención.

Cuando conmemoramos el día de la creación del hombre, nos conectamos con nuestra realidad auténtica como seres con elección, capaces de comunicarnos y unirnos con el Eterno. El día de Rosh Hashaná nos lleva a reconocer la grandeza del hombre. Este entendimiento nos permitirá expresarnos más en nuestra relación con el Creador y en nuestra relación con quienes nos rodean.